Afrontemos este sexto número de abril con la misma ilusión que el primero, con la convicción de que, más allá del reflejo momentáneo de una imagen pasajera, hay palabras capaces de percibir más tiempo. Estas palabras, nuestras palabras, nos sorprenderán mañana, cuando los años hayan pasado por nuestra frente y nuestras manos, cuando la mirada hacia lo que fue nos encuentre con dificultad entre este o aquel recuerdo de mi vida en el Airén. Y es que aquí y ahora también podemos sentir la intensidad del instante, esa que, intemporal alimenta a nuestras ilusiones y da energía a nuestros pasos. ¿La conoces? A veces huidiza y juguetona, no se deja ver, pero está, siempre ahí, dispuesta a dejarse coger, como en el pilla-pilla de los niños.
La redacción
Si no visualizas bien el archivo, pincha el siguiente ENLACE
No hay comentarios:
Publicar un comentario